¿En qué estás metido? La guía definitiva para explorar tus preferencias sexuales con tu pareja

por Guillermo Seis

Cuando se trata de citas, hay una pregunta que puede hacer o deshacer una relación: ¿Qué te gusta? ¿Cómo le cuentas a tu pareja tus fantasías y fetiches secretos, sin asustarla o hacerle pensar que eres raro? ¿Cómo saber qué les gusta sin parecer un periodista entrometido o un terapeuta aburrido? La respuesta es simple: confianza. Debes confiar lo suficiente en tu pareja como para abrirte y compartir tus deseos más profundos. Debes confiar en que te escucharán y comprenderán, sin juzgarte ni rechazarte. Debes confiar en que respetarán tus límites y serán aventureros y juguetones contigo.

Así nos funcionó a mí y a Daniel, mi marido. Nos conocimos en línea (Grindr) y saltaron chispas de inmediato. Tuvimos una conexión instantánea y supimos que teníamos algo especial. Pero nos llevó tres meses conocernos finalmente en persona y, mientras tanto, tuvimos que depender de los mensajes de texto para mantener viva la llama.

Era una de esas tardes tranquilas de fin de semana en las que Daniel y yo intercambiamos mensajes de texto que lo cambiaron todo. Llevábamos un rato charlando, pero esta vez tuvo una idea brillante. Me pidió que le enviara los últimos videos en los que me había masturbado para que pudiéramos verlos y hacerlo juntos. Sentí una oleada de emoción. La idea de que él viera lo mismo que yo al mismo tiempo era emocionante y nueva. Me encantó.

Rápidamente le envié el enlace a este vídeo en el que un grupo de chicos estaban dominando a un pasivo sumiso. Daniel no perdió tiempo y comenzó su sutil interrogatorio: ¿Te gusta cómo lo trataron? ¿Fantaseas con estar con más de una persona? Etcétera. Sabía que yo sería más honesto cuando estuviera de humor. Seguimos compartiendo más videos y preguntas durante el resto del día.

Esta tarde nos dimos cuenta de que teníamos más en común de lo que pensábamos. Ambos compartíamos el interés por los juguetes sexuales, los juegos de roles y la lencería. Y eso nos llevó a explorar algunas iniciativas más profundas, como traer a un tercero al dormitorio.

Así que aquí tienes un consejo: si quieres saber qué le gusta a tu pareja, ¿por qué no ver porno juntos (o por teléfono)? Es una forma divertida de romper el hielo y conocerse mejor. Sólo preste atención a lo que eligen y a lo que les motiva. Es posible que se sorprenda de lo que aprenda. Y no dudes en compartir tus propias fantasías y experiencias. Después de todo, compartir es bondadoso.

Otra cosa que puedes hacer es preguntarles qué les interesa. Pero recuerda, se supone que esto es divertido, no un interrogatorio. Digan lo que digan, solo escuchen y no juzguen. Tal vez no te guste su respuesta o tal vez quieran probar algo que no te atraiga (o al revés), y eso está bien. No es necesario que hagas todo lo que te sugieran inmediatamente después de la conversación. Pero es posible que aprenda algo nuevo sobre ellos y sobre usted mismo, y tal vez incluso obtenga algunas ideas nuevas.

Lo mejor de crear estos espacios abiertos es que nos ayudaron a establecer una base sólida para una sexualidad lúdica y saludable. Con el paso del tiempo, una de las lecciones más importantes que aprendimos fue lo importante que era comunicarnos con regularidad y honestidad sobre lo que nos gusta y lo que no nos gusta. Nos facilitó el tratamiento de cuestiones más complicadas que surgían de forma natural e inevitable en nuestra relación.